Empecé con unas ganas infinitas, pero entre una cosa y otra (y no voy a poner excusas)... pasa lo que pasa, en resúmen: Ojalá el gimnasio me pillara tan cerca como el frigorífico.
Nadie me va a hacer sentir culpable por ser humana, ni siquiera yo misma.
Caeré mil veces, pero mis más grandes errores no los he cometido, los he disfrutado.